No puedes decirme la vida,
No te empeñes en el cuento
porque no es como tu lo dices
sino como yo lo siento.
Mis espantos y turbaciones
mis monstruos y defianzas,
el dolor que me desangra
me pertenecen, no te alcanzan.
No quieras decirme que hacer,
No debes muñir mi aliento
no es como tu imaginas,
sino como yo los siento.
Aprendí que la risa duele,
si la antecede el desprecio
y que el llanto enjuaga penas,
si respeta los silencios
Comprendí que mi tiempo es mio,
y míos estos espejos
Y no son como tu los miras
sino yo los siento.
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