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Aquí hay un poco de todo. No será un lugar demasiado original ni distinto, pero acaso si lo suficientemente entretenido como para que tengan ganas de volver.

11 de abril de 2016

ASI EN EL AMOR COMO EN LA GUERRA

Esto es de 2014, pero vale la pena recordarlo.

Dice Isidoro Ruiz Moreno en Comandos en Acción, refiriéndose al combate del Cerro Dos Hermanas, en el que murieron el "Perro" Cisneros , el Comando Gumersindo Acosta y resulto gravemente herido el teniente Vizoso Posse: "Aquel fue un combate de increíble intensidad y duro apenas unos minutos.
Los Comandos Argentinos eran no mas de veinticinco.
El choque fue brutal, tremendo, impresionante.
En algún momento creyeron que se enfrentaban a un regimiento completo.
Después la historia se encargo de contar que el enemigo se trataba también de una patrulla, en este caso del SAS, las tropas especiales de la Royal Air Force.
Se enfrentaron allí, mano a mano y en igualdad de condiciones, las mejores tropas de todo el conflicto.
Aldo Rico suele recordar que allí nadie guardo nada para reserva, pusieron todo, fueron hasta el límite de lo militar y lo humano.
Se tiró todo lo que llevaban, con todo lo que tenían, en la eternidad que parecieron durar esos escasos diez minutos.
Allí se combatió como sueña un comando combatir: A matar o morir.
Con honor, con valor y si hay que dejar el cuero, que sea en la mas violenta de las acciones.
Para instantes como ese, un comando se prepara toda la vida.
Algunos estuvieron allí, otros no. Algunos volvieron, otros no."

Este párrafo me provoca dos referencias que acaso convenga recordar.

Uno es el viejo axioma  "La intensidad es inversamente proporcional a la duración", cosa fácilmente entendible si se piensa en Usain Bolt, por ejemplo.
Pero claro, el aforismo, aplicado, ya es otra cosa.
En el mundo de los vínculos hay que desconfiar de aquellos  demasiados intensos: Suelen estar destinadas a durar poco.
También hay que huir de los vínculos tenues, anodinos, poblados de adioses, de cobardías e indefiniciones: Suelen durar demasiado.

La otra tiene que ver con para lo que uno se prepara en la vida.
Hay que estar preparado para cada instante, por que cada instante es único e irrepetible.
No puede uno perdérselos por no estar preparados
A veces uno se prepara toda la vida para ese instante y el instante no llega jamás, porque jamás se dan las circunstancias para que pueda ser creado.
No importa.
Es preferible eso y no perdérselo por cobarde o insolvente.
Podrá la situación debordarse, pasarlo por arriba, herirlo de un modo indecible.
Que se le va a hacer.
En el amor y en la guerra hay muertos y heridos.
También hay vencedores.

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