En algún momento del viaje nos damos cuenta que no vale la pena complicarse tanto, que solo estamos de paso, que es tan simple, que solo se trataba de vivir, es decir que fuera de esto, lo demás son pretextos, esfuerzos inútiles ya que llegamos al final sólo para devolver los átomos que nos presto el universo.
Y es probable que allí recién nos demos cuenta y acaso sea demasiado tarde, que la vida es simplemente un instante, una chispa en la inmensidad de los eones, a medio camino de esa aparente dualidad del infinito y la eternidad, es decir el algún lado, en algún momento, es decir en ninguna parte, nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario