LA NOCHE VIENE DE POETAS Y DE VINO

Una noche el vino me dijo: El que me toma, olvida. Pero recién después de tomarlo, supe que el vino mentía. .

No dispuesto a dejarme alcanzar por las jaurías de la memoria y los remordimientos, salí en busca de los poetas para abrevar en ellos sus conocimientos y percepciones del ilustre fermento.

Al primero que encontré fue un tal Jorge Luis Borges, que nos dejó dicho: AL VINO

“En el bronce de Homero resplandece tu nombre negro vino que alegras el corazón del hombre. Siglos de siglos hace que vas de mano en mano desde el ritón del griego al cuerno del germano”

Con él me tomé la primera copa y me quede un rato releyendo algunas otras cosas suyas y viendo que el vinito era mendocino, cambie los  rumbos y "pa lao" de Chile me fui.

En sus Odas Elementales, Pablo Neruda, además de las Odas al libro, al caldillo de congrio, y a la cebolla, nos legó su  ODA AL VINO

“Aroma de extracto de madera envejecida.
Vino que nos haces contar secretos,
vislumbrar pasiones y alegrías,
adormecer penurias hasta el olvido.”

Envalentonado con el Concha y Toro al tempo que me serví me despaché con mas Neruda, hasta que se me cruzó otro chileno, el controvertido Nicanor Segundo Parra Sandoval más conocido como Nicanor Parra, el héroe de la antipoesía  que en sus COPLAS DEL VINO dice:

Algunos toman por sed
Otros por olvidar deudas
Y yo por ver lagartijas
Y sapos en las estrellas.

¡Sublime!.
También. ¡Con ese apellido!

Y el vino chileno me llevo a los orígenes,  allí donde empezó todo esto.

Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos, señor de La Torre de Juan Abad y caballero de la Orden de Santiago, conocido en el mundo de las letras por el mas corto y pronunciable FRANCISCO DE QUEVEDO, poetazo impresionante del siglo de oro español, dijo de: EL VINO

No hay cuestión ni pesadumbre
que sepa amigo, nadar;
todas se ahogan en vino,
todas se atascan en pan.

Con la tercera copa se me vino un tal Bernardo Piuma, que no se quien es o fue, ni de dónde, ni a que se dedica o dedicaba, pero que parió un repiqueteante suelto pentasilábico que se repite como cacofonía en varios sitios de Internet.

Así dice: "El que al mundo vino y no toma vino ¿a qué vino?"

Suena a oración que los borrachos le rezan a la copa, así que debe haber sido de esos colegas de la noche, como el anónimo autor del: ¿Tení documento, nero?. ¿Ah, no tení? ¡Adentro!  Y se zampa un fondo blanco.

Con una botella en el pecho lo enfrente a Eraclio Catalino Rodríguez, más conocido como Horacio Guarany, célebre folklorista argentino y celeberrimo tomador de vino, quien escribió varias canciones al elixir de los dioses, pero VOLVER EN VINO es la epifanía.

"Qué triste ha de ser morir
y no volver nunca más,
pero es tan linda la vida,
pero es tan churo el camino
que si me muero algún día
entiérrenme en Mendoza,
en San Juan, allá en la Rioja,
o en Cafayate La Hermosa,
¡que en vino habré de volver!
Y cuando lloren las parras
para que rían los hombres,
habré de llenar las copas,
y habré de besar las bocas
de los viejos compañeros
o tal vez de la que quiero
y no me pudo querer...
y en una noche de farra
cuando lleven la guitarra
si ven al vino llorar
déjenlo llorar su pena
que una lágrima morena
¡como nunca he de cantar!"

Cacé los parches,  ya bien entrada la madrugada, me puse unas chacareras a buen volumen para garrotear el legüero y me despache con tres o cuatro, pero vino a hacerme callar, Manuel Ricardo Espinosa, más conocido como Ricky Espinosa, cantante y guitarrista del under punk argentino que dice en el EL LINYERA:

"El va con su perro y su vinito,
anda triste por la calle,
y si no encuentra consuelo
el lo busca en el vino,
cuando empieza a tomar"

Metido ya en la cuestión social del alcohol y tratando de redimir a los colegas, lo busque al pai Julian Zini, célebre sacerdote músico de Mercedes Corrientes le canta al icor desde COMPADRE QUE TIENE EL VINO

"Una vez lo vi a un borracho,
como diciendo un refrán.
Que el vino es sangre de Cristo,
porque es sangre popular."

Sospechando tal vez alguna conspiración,  me le animé a Charles Pierre Baudelaire, uno de los poetas malditos debido a su vida de bohemia y excesos, quien creyó descubrir EL ALMA DEL VINO

"Cantó una noche el alma del vino en las botellas:
¡Hombre, elevo hacia ti, caro desesperado,
Desde mi vítrea cárcel y mis lacres bermejos,
Un cántico fraterno y colmado de luz!"

Con botella y media golpeo a mi puerta Jesús José Oyola, chayero de profesión,  que atraído por los retumbos de mi leguero, se vino con su caja riojana y me cantó el EL LAGARETERO

"Voy cultivando una copla
que ya anda por madurar,
la quiero gustar, la voy a cantar
chumaito este carnaval.
morada nace la copla
del vino de mi lagar."

Lo dejé a cantando y me rajé a la biblioteca a buscar a Ghiyath al-Din Abu l-Fath Omar ibn Ibrahim Jayyam Nishaburí. 
NOOOO !!!..
No quiera pronunciarlo, diga solo Omar Jayam.
El fue un poeta persa que vivió entre los años 1.048 al 1131 en Jorasán actual Irán. La traducción literal de su apellido es "fabricante de tiendas". (No lo estoy jodiendo. eso dicen los libros) (Y la wiki)
El escribió esta poesía: VIDA Y VINO.
Es una joyita.

"¡Bebe vino! Lograrás la vida eterna.
El vino es el único capaz de restituirte la juventud.
¡Divina estación de las rosas, del vino y de los buenos amigos!
¡Goza del instante fugitivo de tu vida!".

Ya que estaba también me traje un libro que contenía citas de personajes famosos, ya que no quería pasar de largo sin revisar que dijo Platón.
Además queda elegante en un artículo desmesurado como éste, citar a Platón. No se fijó que le han hecho decir cada güevada últimamente. Hasta opinó del GPS. Con eso le digo todo.
Bueno, Platón, del vino dijo:

"En el vino, la verdad"

Los interrogadores de la CIA dicen lo mismo del tiopentato de sodio, el célebre Pentotal Sódico. Mas fino no puedo ser.

Ya amanecía y estaba guardando los libros cuando me encontré nuevamente con Borges y ya con la ultima copa le alcance a oir que gritaba:

"Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia, como si esta ya fuera ceniza en la memoria".

Borracho de vino y poesía, pero sabiendo que no había recorrido nada mas que en un par de centímetros de la infinita avenida de los poetas del vino, ya me iba a dormir cuando tropecé con el inevitable ALBERTO CORTEZ.

"Sí señor... el vino puede sacar
cosas que el hombre se calla;
que deberían salir
cuando el hombre bebe agua.

Va buscando, pecho adentro,
por los silencios del alma
y les va poniendo voces
y los va haciendo palabras.

A veces saca una pena,
que por ser pena, es amarga;
sobre su palco de fuego,
la pone a bailar descalza.

Baila y bailando se crece,
hasta que el vino se acaba
y entonces, vuelve la pena
a ser silencio del alma.

El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla.

Cosas que queman por dentro,
cosas que pudren el alma
de los que bajan los ojos,
de los que esconden la cara.

El vino entonces, libera
la valentía encerrada
y los disfraza de machos,
como por arte de magia...

Y entonces, son bravucones,
hasta que el vino se acaba
pues del matón al cobarde,
solo media, la resaca.

El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla.

Cambia el prisma de las cosas
cuando más les hace falta
a los que llevan sus culpas
como una cruz a la espalda.

La puta se piensa pura,
como cuando era muchacha
y el cornudo regatea
la medida de sus astas.

Y todo tiene colores
de castidad, simulada,
pues siempre acaban el vino
los dos, en la misma cama.

El vino puede sacar
cosas que el hombre se calla.

Pero... ¡qué lindo es el vino!.
El que se bebe en la casa
del que está limpío por dentro
y tiene brillando el alma.

Que nunca le tiembla el pulso,
cuando pulsa una guitarra.
Que no le falta un amigo
ni noches para gastarlas.


Que cuando tiene un pecado,
siempre se nota en su cara...
Que bebe el vino por vino
y bebe el agua, por agua."

PARA ESCUCHAR EL VINO, POR ALBERTO CORTEZ, click aca

Por las dudas lo aclaro. Por prescripción médica, NO BEBO. (Pero ya estoy por cambiar de médico. )