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3 de diciembre de 2015

LOS HOMBRE SENSIBLES DEL MUNDO

Ando por la vida tratando de desparramar algunas parrafadas que contengan algún valor para aquello que el hombre, en tanto género, llamó literatura. La antojadiza y arbitraria clasificación de Dolina me pone - por suerte - entre los Castagninos, Allen, Mandeb y Salzman de sus historias.
Al no vivir en el barrio de Flores, tal vez sea conveniente ampliar el alcance de la construcción e incluirme entre los Hombres Sensibles del Mundo.
No hay nada malo en ello, mas allá de la vanidad de sospecharme a mí mismo escritor o acaso mas modestamente un humilde escriba de mis sentimientos.
Saberse y reconocerse sensible, perro verde, boludo o poeta tiene menos que ver con mis intenciones de cambiar el mundo, que con que el mundo no me cambie.
Pero a veces pienso si la activa militancia en esas huestes no me extravía en los distritos errados. Que acaso escribir sensiblemente sea una completa pérdida de tiempo, un dispendio oneroso que no me puedo permitir con lo único valioso que poseo: Mi tiempo, en este tiempo.
A lo mejor es cierto que la poesía no sirve para nada, especialmente cuando oigo a coro a los Refutadores de Leyendas proclamar a gola alzada no se que silogismos de brisas, despeines y saltos altos que los lleva a conjeturar que tal vez la tierra no gira y que es mi obligación demostrar lo contrario.
Yo no reniego de las ciencias y su arsenal, pero no tengo ninguna gana ni necesidad de ser otra inmolación mas en el altar de las ciencias.
Tambien lo puedo decir mas facil: Me chupa un huevo si la tierra gira o no.
Pues entonces, queridos Brujos de Chiclana o de donde sea, es lo mismo, si tanto reniegan de las ciencias porque les ha mentido, abandonen en masa los campamentos de Eride y vénganse a disfrutar un rato de cosas menos complejas y más saludables.
Tomar la ausencia de evidencia como evidencia de ausencia es un desproposito para las ciencias y poeticamente una desmesura
Ustedes dicen que la poesía es un trabajo inútil que no sirve mayormente para otra cosa que la nada, que es un desperdicio del intelecto, una entelequia espiritual y un instrumento de la dominación, llevando a Octavio Paz al nivel de Tinelli, en un solo ventilón.
No voy a analizar por obvias las implicancias de las acciones del anestesista pero miremos por lo menos lo que dijo Octavio de la poesía:
La poesía se emplea para aplacar las tormentas del alma, redimir a una mujer o un hombre o llenar el corazón de ese sentimiento llamado amor. Puede, en dosis bien servidas, alimentar el espíritu, asustar una soledad y alejar una tristeza. Sirve también para reflexionar acerca de si las piedras hablan o si la luna es medicina para el mal de amores. Por medio de la poesía podemos hacer hablar las flores y voltear el cielo de cabeza, cambiar la tarde de lugar. Es un buen recurso para transgredir la monotonía y curar el insomnio. Un simple verso trastoca el sentido de una palabra, de un enunciado. El verso es una transgresión del sentido común, un ahogado del poeta, un halo místico que impulsa los dedos, un flagelo al silencio. A través del verso el poeta reflexiona acerca de la vida de una mariposa, de la muerte de un minuto en las manos del tiempo. Por medio del trabajo refinado de la palabra se desdibuja el rostro de un recuerdo, la desventura de un te quiero en la boca del blasfemo. En fin, la poesía es útil de muchas maneras, pero sobre todo es instrumento para observarnos a nosotros mismos. Porque cuando se concentra la atención internamente surge la poesía y empieza la aventura emocional de la palabra.
La aventura emocional de la palabra…
Ups. Perdón. La emoción es algo que los cientificistas no se permiten.
Pero que se le va a hacer. Yo coincido con Octavio cuando afirma que la poesía no es una actividad mágica ni religiosa, mas el origen, el espíritu que la expresa, y básicamente los medios que usa y su fin, muy bien pueden ser mágicos porque mientras que en la religión lo sagrado cristaliza en el ruego, en la oración, en el éxtasis místico, en un diálogo o relación amorosa con Dios, el poeta lírico entabla un diálogo con el mundo.
Y si les resulto con sabor a poco, les dejo más Octavio Paz. De puro arrogante que soy nomas.
No hay dudas de que la poesía quiere cambiar la vida. No piensa embellecerla como piensan los estetas y los literatos, ni hacerla más justa o buena, como sueñan los moralistas.
Mediante la palabra, mediante la expresión de su experiencia, procura hacer sagrado al mundo; con la palabra consagra la experiencia de los hombres y las relaciones entre el hombre y el mundo, entre el hombre y la mujer, entre el hombre y su propia conciencia. No pretende hermosear, santificar o idealizar lo que toca, sino volverlo sagrado. Por eso no es moral o inmoral; justa o injusta; falsa o verdadera, hermosa o fea. Es simplemente poesía de soledad o de comunión. Porque la poesía que es un testimonio del éxtasis, del amor dichoso, también lo es de la desesperación. Y tanto como un ruego puede ser una blasfemia”.
La poesía es la revelación de la inocencia que alienta en cada hombre en cada mujer y que todos podemos recobrar apenas el amor ilumina nuestros ojos y nos devuelve el asombro y la fertilidad. Los poetas han sido los primeros que han revelado que la eternidad y lo absoluto no están más allá de nuestros sentidos, sino en ellos mismos.
Esta eternidad y esta reconciliación con el mundo se producen en el tiempo y dentro del tiempo, en nuestra vida mortal, porque la poesía y el amor no nos ofrecen la inmortalidad ni la salvación.
Luego entonces la función de la poesía, en un mundo vacío pero computarizado sirve de mucho y aunque no alivia, ni corrompe, purifica. No tiene más ideología que un alma y un espíritu en confrontación con todo lo que le rodea.
Y me queda para el final lo que dijo el periodista también mexicano Braulio Peralta:
Heraldos de sí mismos, los poetas viven un mundo aparte: mensajeros del destino, en los tiempos modernos, pocos, muy pocos los escuchan, los leen y atienden. Vivimos con los ojos abiertos pero ciegos ante las premoniciones que nos anuncian.
¿De qué sirve pensar y sentir si todo ello no ayuda a vivir mejor?
Pero que se le va a hacer.
Nadie quiere oír verdades en estos tiempos.
Solo imponer medias verdades.
Y a mi no me alcanza.
Que quieren que les diga

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