Es el lema del movimiento escéptico: ninguna cosa es más. Ni más cierta, ni más falsa, ni mejor, ni peor.
Las consecuencias de esa linea de pensamiento son interesantes de experimentar.
Sus principios son simples: No apegarse a ninguna cosa, a nada material, a ninguna opinión y suspender el juicio.
Es una práctica de liberación personal, cuya finalidad es alcanzar la paz interior. Para este propósito se utilizan una serie de técnicas escépticas como la suspensión del juicio, - el epojé, de Pirrón-, y la ataraxia que es la ausencia de inquietud, una especie de tranquilidad de ánimo donde no hay ni deseos ni miedos. Deseo poco y lo poco que deseo lo deseo poco y por eso poco temo.
El problema es que no tiene retorno
Una vez alcanzado, se produce una transformación en la forma de ver el mundo y su relación con él, que bien podría definirse como indiferencia, que garantiza una especie de "todo me chupa un huevo" que permite ver el entorno y descubrir que en realidad, nada es mas.
Somos seres finitos que estamos cruzando un puente y no sabemos en que parte del puente estamos. Lo que sí sabemos es que indefectiblemente vamos a llegar al otro lado. Y tampoco sabemos qué hay del otro lado.
Nacemos y vamos a morir siendo lo que logramos. No más.
Recién en el ultimo minuto podemos decir si fuimos felices o no, pero quien sabe cuál es el minuto final?
Pero llegará, y ojalá lo hiciésemos sabiendo que amamos y fuimos amados, que fuimos solidarios, que le cambiamos la vida aunque sea a un solo ser humano. Que hicimos algo pensando en el otro y no solamente en el ego. Que en algo ayudamos a cambiar la realidad de alguien.
Y para eso no necesitamos amontonarnos.
De a uno lo podemos hacer.
Pon una rosa en tu ventana y la cuadra florecerá sola.
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