Tapa de la Segunda Edicion Colección Cultura Subsecretaría de Cultura |
Desde entonces, y funcional a las aventuras
del D´Artagnan o Fantasía, mi imaginación infantil recreó un rancho de
corcovado palo a pique que pobló de Cabos Sabino y Sargentos Toro correteando
embravecidas indiadas y a las que yo también contribuía a dispersar, disparando
onomatopéyicos trabucazos desde mis propias trincheras cavadas a escondidas en
el fondo del naranjal de la casa familiar.
Fueron pasando los años y esas imágenes
permanecían en mi memoria. Cuando las opciones de la vida me llevaron a la Escuela de Gendarmería Nacional,
en la cátedra de Historia de Frontera encontré algunos elementos que comenzaron
a despertar en mi la necesidad de saber un poco mas acerca de aquel desconocido
y olvidado fortín.
Así descubrí que se llamó Gran Guardia
General Paz, y que el pueblo de Gran Guardia le debía su nombre, pero mas allá
de eso encontré un confuso panorama de versiones contradictorias o ambiguas, a
los que sumaba, de mi cosecha personal,
desarticulados recuerdos de viejos pobladores, con mas nostalgias que valor
testimonial.
Ningún autor daba una razón exacta de su
existencia y sus pormenores.
Entre las citas que mencionaban el origen de
Gran Guardia había una amplia diversidad de posibilidades. Sin mayores
inconvenientes conceptuales podía suponer que el pueblo fue creado por esa
unidad militar, como que éste tomó su denominación para formar su propio
nombre.
Para algunos fue una importante base militar
de la que dependían varios fortines, para otros un fortín mas de los tantos que
se erigieron por todo el Chaco. Algunas
referencias sugerían que el poblamiento del área se produjo alrededor a
ese elemento militar, otras que la
Estación 83 del ferrocarril inició el proceso. Otros decían
que el nombre del fortín era Vanguardia, fonética que se deformó hasta
convertirse en Gran Guardia y así por el estilo, cada una con sus variantes.
Era unánime en cambio, el reconocimiento de que el topónimo derivaba
de ese elemento militar sobre el que para mi, que conocí sus restos, no quedan
dudas respecto de su existencia ni de su emplazamiento. Sin embargo resultaba
difícil caracterizarlo y describir adecuadamente sus particularidades, su
denominación reglamentaria, su magnitud, dependencia y jurisdicción, misiones y funciones, tanto
por el tiempo transcurrido, como por lo intrincado de los registros escritos de
la época y su diversidad, pese a que al adentrarme en el que hacer castrense
conocía mas de cerca aquellos aspectos esenciales de la organización y
estructura militar, su terminología y algunos conocimientos básicos de la táctica
inferior, que me permitían comprender un poco mejor entre otras cosas, el
lenguaje y el sentido con que fueron usados distintos términos, los momentos en
las maniobras y despliegue de las tropas
y las singularidades que
presentaba aquel dispositivo militar.
Algunos años mas tarde volví al sitio y lo
encontré completamente desbastado. Una impresionante excavación de donde se
había sacado tierra para la construcción del pavimento de la Ruta 81 reemplazaba aquel
lugar que durante tanto tiempo había poblado mi memoria.
No creo posible, con mi limitado talento
literario y rebelde pluma, describir mis sentimientos en ese momento, pero si
puedo decir que me di cuenta de inmediato que necesitaba revivirlo, volver a
verlo como era entonces y me propuse encontrar su historia.
Resolucion Legislativa Nro 2064 |
Buenas, donde podemos conseguir este libro? q no sea en pdf.
ResponderEliminarMuy lindo y muy entretenido las historias de nuestros cantores
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