Todo comenzó hoy al mediodía queriendo hacer una ensalada.
Me tocó una cebolla inusualmente picosa que me hizo llorar de veras.No recordaba los pormenores, asi que decidí investigar.
Después del tomate, la cebolla es la hortaliza preferida de mucha gente. ¿Qué serían las salsas o las ensaladas sin ellas?, se pregunta Aljoscha Blau, un editor de libros también asaltado por la misma duda.
La cebolla se cultivaba en Babilonia y Egipto ya en el año 4000 a. C. Se puede leer por ahí, que el faraón Keops, hacía repartir cebollas todos los días a los aproximadamente cien mil esclavos que trabajaban en la construcción de su pirámide, replica la Wiki.
No llegó a Europa sino hasta los inicios de la era cristiana, precisamente a través de los ocupantes romanos y se extendió por todo el continente: los europeos que más cebollas consumen son los ingleses y los alemanes, me grita uno desde la sala de estadisticas.
Forma parte de la familia de las liliáceas y normalmente es una planta bianual, aporta una amiga que le gusta sistemática vegetal y los ceviches.
Hay unas trescientas variedades diferentes entre las que se destacan la cebolla común o cabezona, también conocida como valenciana, esféricas, de piel marrón brillante, pulpa blanca y suave; la blanca, mas bien aplanada, un tanto mas pequeña y picante; la cebolla roja, ideal para ensaladas e infaltable en los ceviches; la cebolla de verdeo, las cebolletas cambray las bermudas y algunas variedades bastante frecuentes en las cocinas como los echalottes y la ciboulette, dice desde su pagina, con ojos llorosos, Poncho Cadenas, un cocinero mexicano.
Todas ellas se componen de agua en casi un 90%, contienen mucha vitamina C y vitaminas del grupo B, minerales, hidratos de carbono y azúcar, y tienen un efecto antibacteriano, me susurra un nutricionista y se va a comer un asado.
Lo cierto es que la preparación de muchas variedades de cebollas resulta bastante molesta: Es que cuando partimos una cebolla en trozos, desencadenamos una reacción química: en la capa exterior de células de la cebolla hay un compuesto que contiene azufre, el aminoácido isoaliina. En el interior de las células de la cebolla se encuentra la enzima aliinasa. Cuando se destruyen sus células con el corte del cuchillo, entran en contacto las dos sustancias. Estos compuestos sufren una reacción química que los transforma en moléculas sulfuradas más volátiles, que son liberadas al aire.
Cuando toman contacto con los ojos reaccionan con la humedad de ellos, generando ácido sulfúrico, que es lo produce esa sensación de quemazón. Las terminaciones nerviosas son muy sensibles y detectan esta irritación. Entonces el cerebro reacciona diciéndole a los conductos lacrimales que produzcan más lágrimas para diluir el ácido y proteger así los ojos.
Hay innumerables trucos que, según se dice, evitan que la cebolla sea causa de llanto: poner una vela encendida al lado de la tabla, cortarlas debajo del agua, ponerse gafas de buceo.
Habrá que probar.
Además, seguro que habrá quien tenga otros trucos…
Yo las enfrío en el refrigerador un rato antes.
(Si me acuerdo, claro)
No hay comentarios:
Publicar un comentario