Los filósofos del
sistema acumulativo y consumista, nos platean la locura como límite de la
libertad, y acaso sea cierto.
Lo que no nos
dijeron ni Lacán, ni Freud mi Sartre, es de qué lado de ese límite está la
libertad.
Quiero pensar que
es del lado en que uno elige estar pero entonces se plantea una especie de
paradoja: Si puedes elegir de qué lado estar, ya eres libre, entonces para que
ponerse en gastos.
Yo por las dudas lo
aclaro:
La cordura no es
uno de mis estados preferidos.
Yo también hago
sangrar los claveles, veo ballenas ebrias entre las nubes mientras las bocas de
las picadas bostezan el sueño de los montes y los patos patrullan la siesta en
formación de combate.
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