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Aquí hay un poco de todo. No será un lugar demasiado original ni distinto, pero acaso si lo suficientemente entretenido como para que tengan ganas de volver.

18 de agosto de 2014

Volver hablando del final de Crónicas Granguardinas

Luego de cinco meses de silencio, vuelvo a este espacio.
No se si debía abandonarlo, no se si tenía el derecho de hacerlo. Solo se que necesité el silencio y lo usé, y en ello se apoya también la ética de mi libertad o del uso ético de ella, es decir mi libre albedrío.
Pero el caso es que acá estamos de nuevo, y esta vez con Crónicas Granguardinas papel definitivamente terminado.
Ya tiene ISBN, ya esta ensamblado, ordenado, reordenado.
Irá sin gráficos.
No era lo que yo querría, tal vez.
Deseaba esas desmesuras acompañando a esos desbordados personajes  pero los consultores de imagen sostienen que no deben ir.
Y no irán.
Es decir aquellas caricaturas elaboradas con Omar Barrionuevo quedarán adornando estas Crónicas Granguardinas electrónicas, acompañando desde aca el lanzamiento y la presentación de la edición de papel que mañana inicia su etapa final de edición.
Desde aca iremos planteando los detalles de la la salida a la luz este sueño.
Le cuento algunos detalles.
Sera una edicion independiente
Tendrá prólogo de el Dr Benito Aranda, escritor y poeta formoseño
Saldrá a la calle antes de la Feria del Libro.
Probablemente antes de fin de año salga otra edición.


Asi comienza:

Todo esto me fue develado de un modo singular. Alguien puso en mis manos las fuentes. Dicen que fueron escritas por un sujeto al que posiblemente conocí en mi niñez, o al menos creo haberlo conocido.
Antes de este hecho, la  vida, obra y desvelos de ese individuo era para mí un hecho enteramente insubstancial, nimio, inexistente. Ni siquiera los arrabales más alejados de los recuerdos contenían evocaciones de algo que lo comprendiera.
Forzada por los acontecimientos, mi memoria, escasamente se alargó hasta el apodo con el que lo conocieron en el pueblo y su imagen era apenas una bruma difusa, sin rostro ni historia, solo algunas muy vagas referencias, acaso inventadas por mis propias necesidades de respuestas.
No sé las causas, ignoro el por qué, alguien, al que desconozco sinceramente, tocó a mi puerta y me entregó una vieja valija de cuero, expresándome que contenía documentos, notas, escritos, textos, que aquel hombre le había dejado, con el encargo de entregársela a la persona que se le indicaría alguna vez.
Desde entonces la guardó en un ropero.
Y pasaron años hasta que alguien le dijo que ya estaba preparado quien debía recibirla. Le dieron mi nombre y le indicaron como entregármela en propias mano y aquí estaba, tendiéndomela, impasible, con mirada indiferente, como el cadete que entrega el ramo de rosas.
O un maleficio.
....
Asi termina:
Una noche lo soñé. Era un lobo. Un espléndido lobo, bello soberbio, elegante, imponente.
Lo fui a saludar.


-       ¿Crees que puedes navegar esas aguas?
-       No lo sé. Solo espero poder hacerlo.
-       Entonces acá se separan nuestros caminos. Fue un placer servirte
-       Fue un placer crearte.
-       Hasta el infinito, Fede.
-       Hasta la eternidad, hermano.
Cuando desperté de aquel sueño, supe que jamás lo vería ni sabría más de él. Ya se había perdido en la noche. Esa misma noche, aullando a la luna, una loba contesto mi aullido y casi sin darnos cuenta vimos las uñas doradas del sol asomando el horizonte esperando el amanecer de un nuevo día.





En la próxima entrega se podrá ver la tapa y contratapa.

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